Reseña
De nuestro folclor chileno, “Qué pena siente el alma” es una de las tantas canciones que llega a nosotros gracias a la labor recopiladora de Violeta Parra. Su publicación bajo el sello Odeon marcaría en cierto modo el inicio de una búsqueda incesante –animada por su hermano mayor, Nicanor– del canto popular chileno. Región tras región, lápiz y papel en mano y guitarra a cuestas, Violeta Parra compartiría alegrías y pesares con cantoras campesinas y poetas populares, rescatando numerosas tradiciones justamente cuando el mundo rural entraba en una etapa de profundo cambio cultural.
Su trabajo en terreno daría invaluables frutos. Su comprensión de la cultura como algo vivo y aglutinante, su atención a la memoria colectiva, su respeto por lo divino y lo humano, su sentido histórico, su profunda sensibilidad y talento poético, darían origen a una obra de una envergadura inigualable, cuya profunda comprensión del hombre no deja de sorprender, e inquietar.